Siguiendo con el objetivo de dejar las cosas lo más sencillas posible para los que se queden, hemos aprovechado la mañana de hoy para poner en orden un montón de asuntos.
Recomiendo, si no se ha hecho ya, hacer testamento. Por suerte, esto lo hicimos ya hace unos años. Todas las familias deberían hacer este trámite, ya que la herencia por defecto no suele ser la más óptima. Aún así, y sin entrar en el detalle de cómo funcionan las herencias en España, la herencia estándar y óptima, para un matrimonio en bienes gananciales con descendencia tiene algunas cosas contraintuitivas. Es importante pasar por una notaría y dejarse asesorar. Nosotros, hemos aprovechado y resuelto algunas dudas.
A continuación, he otorgado poderes totales a Carmen sobre mi sociedad. La sociedad, en principio la mantendremos indefinidamente. Si llegara lo peor, se convertirá en una sociedad patrimonial, en la que se podrán conservar las inversiones aunque la empresa no preste ya ningún servicio. Con estos poderes, Carmen podrá gestionar completamente la empresa.
Otro tema ha sido el cambio de nombre de los vehículos. En nuestro caso uno de los coches estaba a mi nombre, así que lo hemos transferido al suyo.
También hemos pasado también por algunos de nuestros bancos para simplificar el número de cuentas y asegurarnos que en las que, en las que quedan, Carmen figure como cotitular. En caso de fallecimiento, estas cuestiones se resuelven gracias a protocolos establecidos, pero pueden tardar, ¿por qué no simplificarlo desde ahora?.
El siguiente paso, más laborioso, es repasar cada uno de los servicios que tenemos e ir cambiándolos de nombre. Esto incluye todos los suministros de la casa (gas, luz, agua...), impuestos, y servicios varios, tipo Amazon, Netflix, etc.
Con todo esto, la transición será mucho menos compleja.